Wednesday, December 3, 2014

La llama doble





Sinopsis

La llama doble es un ensayo enteramente unitario, que por su importancia en el conjunto de la obra de Octavio Paz resulta comparable a títulos tan decisivos como El arco y la lira o El laberinto de la soledad. Aun cuando la redacción material del libro se produjo entre marzo y abril de 1993, el propósito de escribirlo data por lo menos de 1965, y en aquella época el autor redactó los primeros apuntes de lo que deseaba que "partiendo de la conexión íntima entre los tres dominios—el sexo, el erotismo y el amor—, fuese una exploración del sentimiento amoroso". Resumiendo toda su trayectoria de vida, pensamiento y escritura, con una tensión expresiva inabatible y una lúcida y conmovida cercanía al núcleo más íntimo y esencial de la existencia humana, Octavio Paz examina, compendia, hace revivir y otorga pleno sentido, desde sus orígenes en la memoria histórica y mítica hasta la experiencia cotidiana más inmediata, a uno de los elementos fundamentales de la vida de hombres y mujeres: "El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la lama doble de la vida.".

Octavio Paz, La llama doble (Editorial Six Barral, Barcelona, España, 1993-2014). 221 páginas.


Opinión personal

La llama doble es un magnífico ensayo en el cual el nobel mexicano hace un fascinante recorrido a través de la historia sobre las nociones del amor que han existido en el Oriente y el Occidente  y la relación entre el amor, el erotismo y la sexualidad; pero ante todo es la visión personal que tiene el autor del amor. El amor del que nos habla es el amor romántico de pareja, el verdadero amor, "la misteriosa inclinación pasional hacia una sola persona" (p. 34), que sólo puede llamarse amor si existe una conexión con el sexo y erotismo y que explica así:  "el sexo es la raíz, el erotismo es el tallo y el amor la flor" (p. 37), tres conceptos inseparables que son "manifestaciones de lo que llamamos vida" (p. 13).

El amor es una experiencia doble de dos seres que participan en ella. "el fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo (imaginación/intelecto) y ésta a su vez sostiene a la otra llama azul y trémula, la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida " (p. 7). Sin embargo, a esta atracción física y espiritual de dos seres que se aman se interpone la búsqueda de la reciprocidad y está además irremediablemente sujeta al tiempo, los accidentes: los cambios como el desamor, la enfermedad, y la muerte. "Todo amor, incluso el más feliz, es trágico" (p. 111).

El ensayo también trata en detalle sobre la literatura y la poesía del amor y al final sobre las teorías filosóficas que han explorado el origen de la vida. En esta última parte del libro, Octavio Paz reflexiona sobre la religión y el conocimiento científico: la teoría del Big-Bang (gran explosión), los agujeros negros, la inteligencia artificial y la construcción neurológica (Edelman y Sacks).  Además habla sobre la deshumanización, el materialismo, los males (políticos - tiranía -, económicos, morales y espirituales) que aquejan a la sociedad moderna. Una invitación quizá para continuar reflexionando sobre lo que significa la "persona humana" y su futuro, y para incluir la idea del amor como una fuente positiva, salvadora y reivindicadora de la humanidad.



Mi puntuación (1-5):


   




Sobre el autor:




Octavio Paz Lozano nació el 31 de marzo de 1914, durante la Revolución Mexicana. Fue criado en Mixcoac, una población cercana que ahora forma parte de la ciudad de México. Lo cuidaron su madre Josefina Lozano, su tía Amalia Paz Solórzano y su abuelo paterno, Ireneo Paz (1836-1924), un soldado retirado de las fuerzas de Porfirio Díaz, intelectual liberal y novelista. Su padre, Octavio Paz Solórzano (1883-1935), el menor de siete hermanos, trabajó como escribano y abogado para Emiliano Zapata; estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la Revolución, fue diputado y colaboró activamente en el movimiento vasconcelista. Todas estas actividades provocaron que el padre se ausentara de casa durante largos periodos.

Su educación se inició en los Estados Unidos, en donde Paz Solórzano llegó en octubre de 1916 como representante de Zapata. Regresaron a México casi cuatro años más tarde, en 1920, con su padre, quien se retiró de la política en 1928, y murió el 10 de marzo de 1935, en la colonia Santa Marta Acatitla, al ser arrollado por un tren, en un accidente ocasionado por su embriaguez. Después de la muerte de su padre, se trasladó a España para combatir en el bando republicano en la guerra civil, y participó en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Al regresar a México fue uno de los fundadores de Taller y El Hijo Pródigo.
Octavio Paz realizó sus estudios en las facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En 1937 viajó a Yucatán como miembro de las misiones educativas del general Lázaro Cárdenas en una escuela para hijos de obreros y campesinos de Mérida. Ahí comenzó a escribir Entre la piedra y la flor (1941, revisado en 1976), poema sobre la dramática explotación del campo y el campesino yucateco. Estuvo casado con la dramaturga, escritora y poeta Elena Garro a quién conoció en la UNAM (1938-1959), con quien tuvo una hija, Laura Helena, divorciándose en 1950. En 1959 se unió a Bona Tibertelli de Pisis, con quien convivió hasta 1965, mientras era embajador de México en la India. Al año siguiente contrajo matrimonio con la francesa Marie José Tramini, su compañera hasta el final.

En 1937, Paz fue invitado a España durante la guerra civil como miembro de la delegación mexicana al Congreso Antifascista, donde mostró su solidaridad con los republicanos, y donde conoció y trató a los poetas de la revista Hora de España, cuya ideología política y literaria influyó en su obra juvenil. Sin embargo, como confesó años después en la serie televisiva Conversaciones con Octavio Paz, ese sentimiento de solidaridad con la causa republicana se vio afectado por la represión contra los militantes del Partido Obrero de Unificación Marxista de Cataluña, entre quienes tenía camaradas. Este prolongado proceso de desilusión lo llevaría a denunciar los campos de concentración soviéticos y los crímenes de Stalin en marzo de 1951.

A su regreso de España, participó en 1938 como cofundador en la revista literaria Taller, en la que escribió hasta 1941.

En 1943 recibió la Beca Guggenheim e inició sus estudios en la Universidad de California, Berkeley en los Estados Unidos. Dos años después comenzó a servir como diplomático mexicano, y fue destinado a Francia donde permaneció hasta 1951 y donde conoció a los surrealistas, que le influyeron, y colaboró en la revista Esprit. Durante esa estancia, en 1950, publicó El laberinto de la soledad, un innovador ensayo antropológico sobre los pensamientos y la identidad mexicanos.

De enero a marzo de 1952 trabaja en la embajada mexicana en la India y después, hasta enero de 1953, en Japón. Regresa a la Ciudad de México a dirigir la oficina de Organismos Internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En 1954, Paz tuvo «una participación muy estrecha en la fundación de la Revista Mexicana de Literatura", influenciada "políticamente con la idea de la llamada 'tercera vía', que significaba ni con la izquierda, ni con la derecha. Esta idea venía de París, con León Blum». El primer número fue el de septiembre-octubre de 1955, y contó con el apoyo de Paz hasta que 4 años más tarde éste regresó a Europa.

En 1955 contribuyó en la Revista Mexicana de Literatura y en El Corno Emplumado. En 1956, participó en Poesía en voz alta.

En 1959 regresó a París y tres años más tarde fue designado embajador en la India. En 1964 conocería a la francesa Marie-José Tramini, que se convertiría en su última esposa.
En 1968, estaba en Nueva Delhi cuando tuvo lugar la masacre de Tlatelolco como parte del Movimiento de 1968 en México el 2 de octubre. En señal de protesta contra estos lamentables sucesos, que empañaron la celebración de los Juegos Olímpicos, renunció a su cargo de embajador, dejando patentes sus diferencias con el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Fue el único que se atrevió a hacerlo. Trabajará los próximos años enseñando en diversas universidades estadounidenses, como las de Texas, Austin, Pittsburgh, Pensilvania, Harvard.

Tres años más tarde, en octubre de 1971, ya bajo la presidencia de Luis Echeverría, "un poco con esa idea de redescubrir los valores liberales y democráticos en la sociedad mexicana", fundaría la revista Plural, "elegante fusión de literatura y política", y que dirigiría hasta su desaparición en 1976 el mismo Paz. A diferencia de otros escritores e intelectuales mexicanos, Paz no tardó en retirarle su apoyo al presidente Echeverría, una vez que éste demostró su escasa voluntad de aclarar las matanzas de Tlatelolco, en 1968, y en San Cosme, el llamado Jueves de Corpus, en 1971, en donde hubo una represión brutal contra una protesta estudiantil.

Tanto en esa revista como en Vuelta —fundada ese mismo año de 1976 y donde "la influencia del liberalismo sería fundamental", reflejando la "reconciliación" del escritor con esta corriente de pensamiento— Paz denunció las violaciones a los derechos humanos de los regímenes comunistas. Esto le trajo mucha animosidad de parte de la izquierda latinoamericana y algunos estudiantes universitarios. En el prólogo del tomo IX de sus obras completas, publicado en 1993, Paz declaró:

“En México, antes había sido visto con sospecha y recelo; desde entonces, la desconfianza empezó a transformarse en enemistad más y más abierta e intensa. Pero en aquellos días [década de los 1950] yo no me imaginaba que los vituperios iban a acompañarme años y años, hasta ahora” (página 44).

La actitud de Paz con los regímenes de índole capitalista cuyas políticas públicas nacían de un marco neoliberal, no fue menos polémica. Ampliamente criticadas, bien se conoce sus relaciones -al final de su vida- con los últimos presidentes mexicanos en turno: mientras que la polarización de su pensamiento dictó al Paz revolucionario de los 60s la renuncia a su puesto en la Embajada en la India, esa misma polarización nacida de una postura anticomunista -que, con los años, Paz cosecharía- le llevó a elogiar el salinato, así como a Zedillo en su sexenio. Comenta Luis Javier Garrido: "(...) él -Paz- se dedicó a justificar todas las exacciones y crímenes de Salinas de Gortari y a defender las acciones ilegales del poder, como más tarde lo haría también con Ernesto Zedillo, dando al grupo de artistas e intelectuales que encabezaba un rol del todo diferente".

El 19 de abril de 1998 Octavio Paz murió en la Casa de Alvarado, Calle de Francisco Sosa 383, barrio de Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México. El escritor había sido trasladado ahí por la presidencia de la República en enero de 1997, ya enfermo, luego de que un incendio destruyó su departamento y parte de su biblioteca. Durante un tiempo, la Casa Alvarado fue sede de la Fundación Octavio Paz y ahora lo es de la Fonoteca Nacional.


Fuente: Wikipedia

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