Sinopsis
En lo que casi es un género dentro de la narrativa hispanoamericana, la "novela del Dictador" (que comprendería títulos como el Otoño del patriarca o El señor presidente), Yo el Supremo del paraguayo Roa Bastos, destaca con fuerza propia. Obra "de expansión", tejida con materiales verbales de mil fuentes, flotante en un juego maestro de intertextualidad, sostiene la tensión narrativa de la primera a la última página. La conjunción, junto con la asimilación de los recursos de la narrativa más moderna, están en la raíz de la singularidad de esta quizá-novela, que Alejo Carpentier calificó de "obra maestra".
Augusto Roa Bastos, Yo el Supremo (CATEDRA, Letras Hispánicas, Madrid, España, 2010 - primera edición 1983) 609 páginas.
Me parece algo difícil resumir y hasta redactar una breve y coherente reseña de una obra tan compleja, quizá sea una tarea más apta para conocedores de la historia paraguaya. He aquí mi intento: Yo el Supremo, más que una novela es un compendio denso de compleja estructura lingüística que hace difícil entender el significado de la novela sin tener conocimiento de la historia de Paraguay. Sin embargo, es una experiencia muy gratificante para el lector que se ve expuesto a un personaje tan importante para ese país sudamericano como lo fue José Gaspar Rodríguez de Francia, el mismísimo Supremo, "liberador" de Paraguay y dictador vitalicio desde 1814 a 1840.
La prosa del autor atrapa y el estilo singular que usa en su narración es una herramienta eficaz para poner entredicho la historia oficial y alimentar el mito. La presentación de artículos publicados de la época a manera de notas de pie de página le dan a la novela un sabor a documento histórico y los monólogos del dictador que intercala con sus dictados a Patiño, su hombre de "confianza" ilustran la sed de poder, narcisismo y complejo de superioridad del excelentísimo, características típicas del género de la “novela del dictador”. El texto contiene elementos de muchos escritos de diferente origen e inclusive idioma: histórico, literario, bíblico, filosófico, lingüístico, religioso, político y de voces guaraníes. El escritor presenta al dictador como un personaje extremadamente culto y con un sin número de conocimientos que líder alguno del pasado o del presente difícilmente puedan igualar, lo que ayuda a forjar el mito de su superioridad. El Supremo es conocedor de tres idiomas, de teorías revolucionarias francesas, de grandes obras literarias, estrategias militares, agricultura, astronomía, etc. etc. lo que hace de la lectura de esta novela todo un banquete de datos curiosos. Desafortunadamente tanto intelecto mezclado con una infancia rota, el odio al padre, dualidad de madres, egocentrismo, misoginia, complejos por su origen, clase social y aspecto físico y un poder y crueldad infinita conduce a un régimen de terror con consecuencias devastadoras para sus enemigos y súbditos por igual. La forma como Augusto Roa Bastos novela la biografía de Rodríguez de Francia alimenta la fascinación del tema del poder y del personaje del dictador y deja al lector con una curiosidad, una sed de saber más. Yo el Supremo es una obra muy recomendable, pero no es una lectura fácil.
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Mi puntuación (1-5):
La prosa del autor atrapa y el estilo singular que usa en su narración es una herramienta eficaz para poner entredicho la historia oficial y alimentar el mito. La presentación de artículos publicados de la época a manera de notas de pie de página le dan a la novela un sabor a documento histórico y los monólogos del dictador que intercala con sus dictados a Patiño, su hombre de "confianza" ilustran la sed de poder, narcisismo y complejo de superioridad del excelentísimo, características típicas del género de la “novela del dictador”. El texto contiene elementos de muchos escritos de diferente origen e inclusive idioma: histórico, literario, bíblico, filosófico, lingüístico, religioso, político y de voces guaraníes. El escritor presenta al dictador como un personaje extremadamente culto y con un sin número de conocimientos que líder alguno del pasado o del presente difícilmente puedan igualar, lo que ayuda a forjar el mito de su superioridad. El Supremo es conocedor de tres idiomas, de teorías revolucionarias francesas, de grandes obras literarias, estrategias militares, agricultura, astronomía, etc. etc. lo que hace de la lectura de esta novela todo un banquete de datos curiosos. Desafortunadamente tanto intelecto mezclado con una infancia rota, el odio al padre, dualidad de madres, egocentrismo, misoginia, complejos por su origen, clase social y aspecto físico y un poder y crueldad infinita conduce a un régimen de terror con consecuencias devastadoras para sus enemigos y súbditos por igual. La forma como Augusto Roa Bastos novela la biografía de Rodríguez de Francia alimenta la fascinación del tema del poder y del personaje del dictador y deja al lector con una curiosidad, una sed de saber más. Yo el Supremo es una obra muy recomendable, pero no es una lectura fácil.
Mi puntuación (1-5):

Producida en su mayor parte en el exilio, la obra de Roa se caracteriza por el retrato que hace de la cruda realidad del pueblo paraguayo, a través de la recuperación de la historia de su país y la reivindicación de su carácter de nación bilingüe (Paraguay tiene el idioma guaraní como segunda lengua oficial); y la reflexión sobre el poder en todas sus manifestaciones, tema central de la que el mismo Roa llamó su "trilogía sobre el monoteísmo del poder", también llamada "trilogía paraguaya", compuesta por las novelas Hijo de hombre (1960), Yo el Supremo (1974) y El Fiscal (1993), que conforman el núcleo de su obra.
El reconocimiento internacional le llegaría en 1974 con la publicación de Yo el Supremo, una vasta y ambiciosa novela considerada una obra cumbre de la literatura en español. Producto de siete años de trabajo e investigaciones, es un complejo retrato de José Gaspar Rodríguez de Francia, Dictador Perpetuo que gobernó el Paraguay entre 1814 y 1840. A través de la voz monologante del Supremo, Roa Bastos hace tanto una reconstrucción del período histórico como una profunda y compleja reflexión sobre el poder y su ejercicio, incluso a través del mismo discurso (toda la novela está narrada desde la voz del dictador, las intervenciones de otros personajes no tienen rayas de diálogo ni signo alguno que marque diferencia, son "oídas" desde la perspectiva del Supremo). Luego del golpe de estado de 1976, la obra fue prohibida por el dictador Jorge Rafael Videla y Roa aprovechó una invitación de la Universidad de Toulouse para exiliarse en Francia. Residió en esa ciudad como profesor universitario de literatura latinoamericana y guaraní hasta 1996. Durante su estadía en Francia contrajo matrimonio con Iris Menéndez, francesa hija de españoles, con quien tuvo dos hijos.
En 1982 fue privado de la ciudadanía paraguaya después de un intento frustrado de retorno; se le concedería la española honoraria en 1983 y la francesa en 1987. A lo largo de su carrera, Roa Bastos recibió varios premios, destacando el premio del British Council (1948) el Premio Internacional de Novelas Editorial Losada (1959) el Premio de las Letras Memorial de América Latina (Brasil, 1988), el Premio Nacional de Literatura Paraguaya (1995) y distinciones de otros países como la condecoración José Martí del gobierno cubano en el año 2003 y el Premio Konex Mercosur 2004 a las Letras. Sin embargo, el galardón más importante de su carrera le llegó en 1989, cuando le fue otorgado el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras castellanas.
En 2003 viajó a Cuba por motivos de salud y aprovechó para conocer el país. Durante su estadía las autoridades cubanas le otorgaron la medalla José Martí, ocasión en que Roa manifestó su apoyo a la revolución cubana.
Falleció el 26 de abril de 2005 a los 87 años. El gobierno decretó tres días de duelo nacional, durante los cuales el cuerpo del escritor fue velado en la Casa de la cultura del Cabildo de Asunción con honores de jefe de Estado. De acuerdo con su testamento, sus restos fueron cremados y sus cenizas depositadas en el panteón familiar del cementerio de La Recoleta, en la capital paraguaya.
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