Wednesday, April 30, 2014

El beso de la mujer araña




Sinopsis

El beso de la mujer araña es una elegante y fascinante novela sobre el amor y la victimización. En una cárcel argentina, dos hombres comparten una celda: Molina, un diseñador de escaparates homosexual que es egoista, auto-denigrante y al mismo tiempo encantador; y Valentín, un revolucionario articulado y ferozmente dogmático obsesionado con la memoria de la mujer que abandonó por la causa. Ambos son gradualmente transformados por su cautelosa pero creciente amistad y por la obsesión de Molina con la fantasía y el romance del cine.

Manuel Puig, El beso de la mujer araña (Vintage Español, New York, 1976) 287 páginas


Opinión personal

Fascinante novela escrita en un estilo novedoso que logra cautivar al lector por ser una especie de mezcla maravillosa del cine y la literatura. El libro nos cuenta la vida de dos marginados sociales muy diferentes entre sí: un homosexual, Molina, y un activista político, Valentín, que comparten una celda de una prisión y cómo ambos son transformados por una creciente amistad. El dialogo entre los personajes, así como el recuento de las películas poco a poco van revelando no sólo el contexto histórico de la época vivida en Argentina, sino también los más profundos e íntimos sentimientos de los personajes. El relato de historias, en este caso las películas que le gustaban a Molina, evoca el poder de acercamiento y entendimiento entre los seres humanos que tiene el contar historias, a manera del clásico, Las mil y una noches; son las mil y una historias que teje Molina en su telaraña que unen a estos dos seres humanos de forma insospechada. En resumen, El beso de la mujer araña es imaginativo, sensual e incitante, pero sobre todo muy humano.


Mi puntuación (1-5):


 



Sobre el autor:




Juan Manuel Puig Delledonne  - (más conocido como Manuel Puig (28 de diciembre de 1932, General Villegas, Buenos Aires, Argentina - 22 de julio de 1990, Cuernavaca, Mor., México), fue un escritor argentino, fundamentalmente famoso por sus novelas Boquitas pintadas y El beso de la mujer araña.

Pasó su infancia en su pequeño pueblo natal y emigró a la capital argentina para llevar a cabo sus estudios secundarios. Después de iniciar diferentes estudios superiores, optó por formarse en la cinematografía, para lo cual se trasladó a Italia. No concretó su formación y terminó realizándose como escritor. Vivió en Roma, París, Londres, Estocolmo, Nueva York, Río de Janeiro y Cuernavaca. Es autor de ocho novelas y cuatro obras de teatro, además de relatos breves y guiones cinematográficos. Es muy reconocido por su uso de la polifonía literaria y el monólogo interior.

Aunque desde la pubertad se asumió como homosexual, escribió y militó respecto a este tema, llegando a declarar que algo tan "banal" como la sexualidad no puede definir la identidad de una persona y, por otro lado, opinó que la actividad de las agrupaciones homosexuales tienden a incurrir en el error de separar la cuestión homosexual de otras agrupaciones, comunidades o sectores sociales.

Actividad literaria
El beso de la mujer araña

«—Tengo una curiosidad... ¿Te daba mucha repulsión darme un beso?
—Uhmm...Debe haber sido de miedo que te convirtieras en pantera, como aquella de la primera película que me contaste.
—Yo no soy la mujer pantera.
—Es cierto, no sos la mujer pantera.
—Es muy triste ser mujer pantera, nadie la puede besar. Ni nada.
—Vos sos la mujer araña, que atrapa a los hombres en su tela.»

—Manuel Puig.

En el exilio, terminó El beso de la mujer araña en 1976. Cuenta la historia de dos prisioneros que comparten una celda en la Argentina de la dictadura. Uno de ellos es un militante de una organización revolucionaria y el otro un homosexual afeminado acusado de corrupción de menores. Ambos traban una relación compleja cuyo trasfondo poético alimentado por el cine y la fantasía, los hace explorar los límites de roles y convencionalismos sociales.
La novela le otorgó a su autor reconocimiento internacional. Sin embargo, Gallimard, que hasta entonces había publicado todas sus novelas, la rechazó. La responsable de esta decisión fue Aurora Bernárdez, con el justificativo de que la imagen del revolucionario ablandado por el homosexual afeminado iba en contra de los ideales leninistas con los cuales la editorial se correspondía. Siguiendo su ejemplo, otras editoriales europeas también lo vetaron.

En 1980 Manuel Puig se radicó en Río de Janeiro, Brasil, y en 1985 hizo una adaptación para cine de El beso de la mujer araña, que fue filmada por el argentino Héctor Babenco. Al principio Manuel Puig se mostró en desacuerdo en cuanto a la elección de los personajes. Consideraba que Raúl Juliá era demasiado grande para interpretar a Valentín y que William Hurt tenía un físico que no se correspondía con el del cuarentón Molina. Cuando vio la película solo, por primera vez, en la cabina de montaje, quedó decepcionado. Pero una vez que la vió en el estreno, junto al público, sintió que podía funcionar.

Esta novela también se convirtió en una comedia musical de gran éxito en Broadway, en una ópera con música del alemán Hans Werner Henze y en una obra de teatro escrita por el propio Puig.

Fallecimiento
«La muerte es lo peor porque la gente te olvida»
—Manuel Puig.

El miércoles 21 de julio de 1990 había sido internado en la Central Quirúrgica de Las Palmas por riesgo de peritonitis. Pronto tuvo que ser operado de urgencia de la vesícula. La intervención fue exitosa pero el cuadro clínico fue desfavorable. Comenzó a delirar y debieron amarrarlo a la camilla.

En la madrugada del domingo empezó a tener problemas respiratorios y finalmente murió de un paro cardíaco.

En los meses previos había dejado de fumar por orden del médico y realizaba caminatas diarias. Pero la altura de México no le sentaba bien. También se tiene constancia de que mantenía sus cuidados en una clínica cercana a su casa para no estar lejos de su madre, pero tanto por cuestiones económicas como por disponibilidad de contactos, podía acceder a una atención médica de mayor calidad.

Su muerte trascendió rápidamente en los medios. Aunque había antecedentes de sus problemas cardíacos, la primera suposición pública fue que había muerto a causa de Sida. Pronto se constató que Manuel Puig no era portador de VIH. Sin embargo, la certeza de este hecho ha sido puesta en tela de juicio en reiteradas oportunidades.

Fuente: Wikipedia

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