Sunday, July 26, 2015

¡Que viva la música!






Sinopsis

¡Que viva la música! es una novela de iniciación. Es la invitación a una fiesta sin sosiego, donde su protagonista dejará que el mundo baje hasta el pozo sin fondo de sus propios excesos. Pero con felicidad. Con absoluta dicha. Hay un pacto secreto con la muerte en esta danza de María del Carmen Huerta, la rubia protagonista de estas páginas. Pero es la muerte dulce de las celebraciones: el paisaje, los afectos, la noche, la niñez que huye, la adolescencia triunfal, el rock and roll, los Rolling Stones, la salsa, Richie Ray, Bobby Cruz, las drogas, y Cali. Es, así mismo, una iniciación al descubrimiento de una ciudad colombiana (única, mágica e irrepetible), que comienza por el cielo del Norte, con su Avenida Sexta, su parque Versalles y sus parajes mágicos, hasta llegar al infierno del Sur con su caseta Panamericana, su río Pance, sus barrios más allá de Miraflores, su cordillera de los Andes alada y los refugios de la salsa y el sexo en los límites finales de la calle quince.

El primer ejemplar es publicado el cuatro de marzo de 1977 y ese mismo día el autor se suicida ingiriendo 60 pastillas de secobarbital. La novela fue publicada por Colcultura.


Fuente: Goodreads
André Caicedo, ¡Que viva la música! (Alfaguara, Santillana Ediciones Generales, México, 2012) - 192 páginas.


Opinión personal

¡Que viva la música! es la historia de una bacanal que no tiene fin, la historia de una adolescente de clase alta de la ciudad de Cali. La "siempreviva", como se autodenomina, decide olvidarse de todos los convencionalismos (y de su burguesía) y entregarse de forma desbocada a un mundo de música, fiesta, sexo, drogas y a todos los placeres y peligros que conllevan estas interminables noches de farra: amores fugaces, sexo indiscriminado, amistades tenues, insaciabilidad/adicción por las drogas y violencia gratuita. Se palpa un egocentrismo descomunal, una sensación omnipresente del "yo" nihilista que lo justifica todo. Que está anclado en la libertad de elegir su propio destino (totalmente contrario a lo comúnmente aceptado) aunque resulte en caos o termine en la muerte a destiempo, que más que aceptada es bienvenida.

La novela también trata sobre el cambio, la rebelión de la juventud contra las tendencias musicales y culturales contaminadas por lo foráneo, de los que gustan de lo extranjero del norte (el rock de Estados Unidos). En los callejones oscuros de los barrios marginados se escucha la salsa, un género de música minoritario de la población pobre y negra. Nuestra heroína, blanca y rubia, la seduce este ritmo, hecho que es casi una herejía para la sociedad conservadora y racista de entonces. 

El estilo de la narrativa es hipnótico, delirante, absorbente, intenso. El monólogo de María Carmen de Huerta es desordenado (no hay capítulos) y caótico como pueden ser los pensamientos, atiborrados de música y afectados por las drogas, en el que reflexiona y nos cuenta el destino al que se ha entregado que la convierte en un símbolo de transgresión y frenesí. También disfruté el lenguaje coloquial de aquellos tiempos y reconocí algunas expresiones de mi adolescencia. No dudo que ha de ser un banquete para aquellos que no sólo están familiarizados con las expresiones sino con la música que seguramente se entrelazarán intensificando la experiencia. 

Finalmente, intuyo que ha de ser más disfrutable leer una obra como esta en la aurora de la vida (adolescencia). Para el resto, es una mirada a las locuras de entonces. Sin embargo, como lo dice el epígrafe de Neruda: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”, por fortuna.



Mi puntuación (1-5):


 



Sobre el autor:




Luis Andrés Caicedo Estela - Cali, Valle del Cauca, Colombia; 29 de septiembre de 1951 – ib., 4 de marzo de 1977) fue un escritor colombiano nacido en Cali, Valle del Cauca, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida. A pesar de su prematura muerte, su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. Caicedo lideró diferentes movimientos culturales en la ciudad vallecaucana como el grupo literario los Dialogantes, el Cineclub de Cali y la revista Ojo al Cine. En 1970 ganó el Concurso Literario de Cuento de Caracas con su obra "Los dientes de caperucita", lo que le abriría las puertas a un reconocimiento intelectual. Escribió que vivir más de 25 años era una vergüenza, lo que es visto por muchos como la razón principal de su suicidio el 4 de marzo de 1977 cuando tenía tan sólo 25 años de edad y había recibido una copia del libro editado por una editorial Argentina.

La obra de Caicedo hace relevancia a la sociedad urbana y sus problemas sociales, principalmente con respecto al mundo actual. Contrario a la escuela literaria del realismo mágico, la obra de Caicedo se inspira completamente en la realidad social, lo que ha hecho que algunos estudiosos le den la importancia como alternativa en Latinoamérica a figuras prominentes como la de Gabriel García Márquez. Especialmente el periodista, escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet sigue la obra de Caicedo, al cual llama «el primer enemigo de Macondo». A pesar de su fama en Colombia, Caicedo es poco conocido en América Latina, seguramente debido a su temprana muerte. Sin embargo, la permanente organización de su producción literaria y la influencia que tiene en nuevas generaciones de escritores como Rafael Chaparro, Efraím Medina, Octavio Escobar Giraldo y Ricardo Abdahllah, hacen que cada vez más cobre gran valor el aporte literario del "escritor con cara de estrella del pop", como lo llama el chileno Alberto Fuguet.

Fiel a la idea de que vivir más de 25 años es una insensatez, Andrés intenta suicidarse dos veces en 1976; pese a esto escribe dos cuentos más: Pronto y Noche sin fortuna, y aparecen los números 3, 4 y 5 de la revista Ojo al cine. Entrega a Colcultura el manuscrito final de ¡Que viva la música!, del cual alcanzaría a recibir un ejemplar editado el cuatro de marzo de 1977; ese mismo día ingiere intencionalmente 60 pastillas de secobarbital, acto que acaba con su vida.

Analizando su muerte, Alberto Fuguet dice:

“Caicedo es el eslabón perdido del boom. Y el enemigo número uno de Macondo. No sé hasta qué punto se suicidó o acaso fue asesinado por García Márquez y la cultura imperante en esos tiempos. Era mucho menos el rockero que los colombianos quieren, y más un intelectual. Un nerd súper atormentado. Tenía desequilibrios, angustia de vivir. No estaba cómodo en la vida. Tenía problemas con mantenerse de pie. Y tenía que escribir para sobrevivir. Se mató porque vio demasiado”, dice


Fuente: Wikepedia

No comments:

Post a Comment