Sinopsis
El pasado es un territorio lleno de cruces de caminos que llevan hcia las vidas que jamás vivimos. Cuando la memorio nos lleva de regreso a ellos es inevitable preguntarnos: ¿qué hubiera pasado si...?Cada pequeña cosa, cada palabra pretérita, cada silencio, cada persona, puedieron propiciar un destino diferente. Norma Andrade lo sabe, y en el ocaso de su existencia imagina o rememora una vida distinta a la vivida. Imaginar se convierte en una forma de recuperar. Ante cada encrucijada, ellaopta por un camino inédito. Cuenta lo que pudo haber sido y no fue.
La vida que se va se desarrolla dentro del marco de la realidad: una casona vieja, un reportero que quiere ser escritor, en la Ciudad de México, en Guanajuato, en Madrid; en fin, en lugares concretos y fechas de eventos que se pueden comprobar; sin embargo, la narración, el escenario de la misma es la fantasía. Norma, la anciana protagonista narra al reportero Mendieta las historias de lo que pudo haber sido su vida. Ella quiere contarle estas historias antes de morir, como para dejar constancia de haber vivido con plenitud. Durante el tiempo acordado (todos los viernes) y por espacio de dos años le narra alternativas de lo que puedo haber sido su vida, vidas simultaneas que solo pueden ser reales en su imaginación. Estas vidas simultaneas responden a la inquietante preguntan que muchos nos podríamos hacer después de una larga vida: qué hubiera pasado si... Ese deseo de "regresar al pasado para enderezar el rumbo y elegir otra vida que me hiciera distinto del que soy yo".
La novela narra las posibles encrucijadas del destino si Norma se hubiera quedado en México, tras el segundo matrimonio de su padre, si se hubiera marchado a la finca de Guanajuato con su tía Irene, si se hubiera casado con su primer amor, si hubiera elegido a Lucas o a Luciano, etc. Lo único constante a través de estas alternativas es el espíritu de la protagonista, su personalidad apasionada , el cariño por el padre y su amor por el ajedrez, que en este caso es la alegoría perfecta de la vida. Las opciones que tenemos de tomar ciertos rumbos en las encrucijadas de la vida son así como los movimiento de las piezas que pueden cambiar el resultado del juego. Es una novela que narra sobre la vejez y el recuento de la vida, esa vida que se va. El final siempre es el mismo, la muerte, y sólo nos queda el recuerdo de cómo vivimos la vida y lo que elegimos (sólo podemos elegir una vez) o podemos recordar de ella si el destino nos tiene previsto llegar a la vejez.
La prosa de Leñero es amena y sencilla con datos interesantes sobre la música clásica, la vida de los ajedrecistas y los periodistas y donde la religión católica está siempre latente en la vida de los personajes.
Mi puntuación (1-5):
La novela narra las posibles encrucijadas del destino si Norma se hubiera quedado en México, tras el segundo matrimonio de su padre, si se hubiera marchado a la finca de Guanajuato con su tía Irene, si se hubiera casado con su primer amor, si hubiera elegido a Lucas o a Luciano, etc. Lo único constante a través de estas alternativas es el espíritu de la protagonista, su personalidad apasionada , el cariño por el padre y su amor por el ajedrez, que en este caso es la alegoría perfecta de la vida. Las opciones que tenemos de tomar ciertos rumbos en las encrucijadas de la vida son así como los movimiento de las piezas que pueden cambiar el resultado del juego. Es una novela que narra sobre la vejez y el recuento de la vida, esa vida que se va. El final siempre es el mismo, la muerte, y sólo nos queda el recuerdo de cómo vivimos la vida y lo que elegimos (sólo podemos elegir una vez) o podemos recordar de ella si el destino nos tiene previsto llegar a la vejez.
La prosa de Leñero es amena y sencilla con datos interesantes sobre la música clásica, la vida de los ajedrecistas y los periodistas y donde la religión católica está siempre latente en la vida de los personajes.
Mi puntuación (1-5):
Graduado en la Universidad Nacional Autónoma de México en 1959 con el grado de ingeniero civil, y formado como periodista en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, Leñero pronto se refugió en la escritura para ganarse la vida. Publicó su primera novela La polvareda en Editorial Jus. La voz adolorida (1961), muestra el realismo psicológico de sus primeros escritos. Se trata del monólogo de un enfermo mental acerca de su vida, justo antes de ingresar al manicomio. Siguió con Los albañiles en 1963, que le valió el Premio Biblioteca Breve, un reconocimiento literario importante. Celebrado por su estructura compleja y su simbolismo, el trabajo narra la historia de un velador en una construcción. En 1967 obtuvo una beca Guggenheim.
Poco después Leñero empezó a escribir guiones teatrales, adaptando Los albañiles, en 1970; La carpa, en 1971, y Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, en 1972. Influyó en el inicio del género documental del teatro en México, y dos de sus trabajos notables son Pueblo rechazado y El juicio. En los años 80, Leñero publicó con éxito varios libros documentales, como La gota de agua y Asesinato: el doble crimen de los Flores Muñoz.
Leñero también ha incursionado en otros géneros. Fue guionista de la película El crimen del padre Amaro (2002), una de las películas mexicanas más exitosas, basada en la novela homónima de Eça de Queirós. Participó en el guion de la película El garabato (2008), basada en una obra suya de nombre homónimo. También ha publicado notas periodísticas en el diario Excélsior y en las revistas Claudia y Proceso.Dirigió el taller literiario Sólo los Jueves en la Sociedad General de Escritores de México.
Fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua el 11 de marzo de 2010, tomó posesión de la silla XXVIII el 12 de mayo de 2011 con el discurso "En defensa de la dramaturgia. El 21 de septiembre de 2011 fue galardonado, junto a José Agustín, con la Medalla Bellas Artes de México que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Sumado a su pasión por la escritura, reflejada en el cuidado obsesivo mediante el cual redactaba sus textos, reescribiéndolos a mano cuantas veces fuera necesario, en Leñero se encontraba un gran aficionado al ajedrez, teniendo la oportunidad de contender en Casa del lago contra Veselin Topalov, campeón de la Federación Internacional de Ajedrez en 2005. Asimismo, el dramaturgo y periodista, de pensamiento supersticioso, que desarrolló a temprana edad, afirmaba no temer a la muerte gracias a su fe cristiana.
Tras varios intentos para renunciar al cigarro, mismo que adoptó como símbolo de rebeldía ante el desdén hacia los fumadores, Vicente Leñero falleció a causa de un enfisema pulmonar, el 3 de diciembre de 2014 en la Ciudad de México. Su fallecimiento, no obstante, apenas si ha sido cubierto por los medios de comunicación, debido a que unos pocos días antes falleció el comediante Roberto Gómez Bolaños.
Fuente: Wikipedia
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