Sinopsis
Isolda vive encerrada en un castillo extraño y fascinante al mismo tiempo, tan ajeno a la ciudad de Medellín en la que se sitúa como singulares son sus habitantes y la vida que llevan. La atmósfera de irrealidad que se respira resulta opresiva para la adolescente, que encuentra en el bosque que rodea al castillo la única tregua posible a su soledad.Pero las amenazas invisibles del mundo de afuera se cuelan silenciosamente entre las ramas de los árboles cercanos al castillo. Con un perfecto manejo de la tension, Jorge Franco construye en esta novela un cuento de hadas con tintes tenebrosos que acaba convirtiéndose en la historia desquiciada de un secuestro.
Dentro y fuera de la fortaleza, el amor, ese monstruo indomable, se muestra como una obsesión que aliena y embrutece, que pretende someter, que despierta deseos de venganza y del que solo parece posible escapar aceptando la muerte como destino.
Jorge Franco Ramos, El mundo de afuera (Alfaguara -
Santillana, Florida, 2014 ) 302 páginas
El mundo de afuera es una ficción basada en el secuestro de Diego Echavarría Misas en 1971 por parte de uno de delincuentes más notorios de esa época en Colombia conocido como el Mono Trejos. Es una novela que juega eficazmente con diferentes planos (tiempos) y narra la historia de los bandidos que secuestraron a este hombre adinerado que vivía en un "castillo" en la ciudad de Medellín. Don Diego nos revela lo que está pensado mientras nos va reconstruyendo la vida previa al secuestro.
La narrativa se nos presenta como una especie de fábula llena de escenas en las que el lector parece asistir desde lejos y que avanza poco a poco mediante diálogos cortos y la técnica de la retrospectiva, es decir, evocando de forma vívida imágenes del pasado que van revelando lentamente la historia y la esencia de los personajes.
Don Diego vive con su esposa Dita y su hija Isolda (personaje de una ópera de Wagner). Isolda se cría aislada y protegida del mundo exterior (de afuera) en un castillo rodeada por un bosque donde ella crea un mundo fantástico con los amigos que no puede tener. Isolda es el personaje más intrigante de la historia, por su inocencia e imaginación. La novela es para mí una reflexión sobre las fantasías que todos tenemos y que los ricos pueden a veces satisfacer con dinero y algunos que pertenecen al mundo de afuera (los pobres) que quieren logarlas a cualquier precio. El contraste: Don Diego es un romántico, un hombre rico, culto, viajado, admirador del poeta José Asunción Silva y el Mono, es un hombre pobre, fallido, patético, sin ética y para colmo obsesionado por un amor imposible de alcanzar (y con cierta ambigüedad sexual). El Mono lee la poesía de Julio Flórez, el poeta del pueblo a quien cita algunas veces. "Aquel monstruo indomable, que respira tempestades, y sube y baja y crece..".
Del resto de los personajes del libro, desde la alemana Dita, la frustrada institutriz, el vidente Marcel; Twiggy, "la amante" del Mono, Maleza, Pelirrojo, Carlitos y el de la moto conocemos poco y por eso no es fácil sentir empatía por ellos. Finalmente, las fuerzas policiales que se suponen trabajan el caso, son las más ausentes de la historia y aparecen sólo en la periferia.
En general El mundo de afuera es una muy buena historia, sorprende y mantiene al lector cautivo. Y, sí, el final es abierto, o ambiguo, algo que puede molestar a los que no gustan de que las cosas no quedan claras, pero los que conocen algo de la historia real ya saben: aquí nadie tiene un final feliz.
Mi puntuación (1-5):
Don Diego vive con su esposa Dita y su hija Isolda (personaje de una ópera de Wagner). Isolda se cría aislada y protegida del mundo exterior (de afuera) en un castillo rodeada por un bosque donde ella crea un mundo fantástico con los amigos que no puede tener. Isolda es el personaje más intrigante de la historia, por su inocencia e imaginación. La novela es para mí una reflexión sobre las fantasías que todos tenemos y que los ricos pueden a veces satisfacer con dinero y algunos que pertenecen al mundo de afuera (los pobres) que quieren logarlas a cualquier precio. El contraste: Don Diego es un romántico, un hombre rico, culto, viajado, admirador del poeta José Asunción Silva y el Mono, es un hombre pobre, fallido, patético, sin ética y para colmo obsesionado por un amor imposible de alcanzar (y con cierta ambigüedad sexual). El Mono lee la poesía de Julio Flórez, el poeta del pueblo a quien cita algunas veces. "Aquel monstruo indomable, que respira tempestades, y sube y baja y crece..".
Del resto de los personajes del libro, desde la alemana Dita, la frustrada institutriz, el vidente Marcel; Twiggy, "la amante" del Mono, Maleza, Pelirrojo, Carlitos y el de la moto conocemos poco y por eso no es fácil sentir empatía por ellos. Finalmente, las fuerzas policiales que se suponen trabajan el caso, son las más ausentes de la historia y aparecen sólo en la periferia.
En general El mundo de afuera es una muy buena historia, sorprende y mantiene al lector cautivo. Y, sí, el final es abierto, o ambiguo, algo que puede molestar a los que no gustan de que las cosas no quedan claras, pero los que conocen algo de la historia real ya saben: aquí nadie tiene un final feliz.
Sobre el autor:

Jorge Franco creció rodeado de sus tres hermanas —"me ignoraban, me volvían invisible; me sentía relegado y me encerraba en mi cuarto a leer o a ver televisión"— y se fue habituando a ese universo femenino en el que rápidamente entendió que era minoría. Los libros entraron pronto en su vida: "En mi casa no se leía mucho, pero mi mamá estaba afiliada a El Círculo de Lectores y recuerdo que en un cumpleaños me dieron una biblioteca completa de literatura juvenil con ejemplares de Verne, Stevenson y Salgari. Luego conocí a Enid Blyton, una escritora inglesa que publicó varios libros de aventuras llamados “Los Cinco” y tuve toda la colección. Y a los 13 años llegué a Shakespeare por mi abuelo Antonio, él me regaló Romeo y Julieta. Esas historia de amor lo cautivó. "Siempre que leía me imaginaba la película, por eso soñaba con dedicarme al cine o a la televisión, nunca pensé en escribir", confiesa.
En la adolescencia le gustaba pasar el fin de semana con su abuelo materno, Benjamín, y pintar a su lado. Él —que en sus ratos libres pintaba acuarelas: paisajes y bodegones—, le enseñó. Del colegio reconoce haber salido despistado y en lugar de seguir una carrera artística decidió hacer como sus mejores amigos, que entraron a ingeniería de producción. "Hice un semestre y me fue fatal, el segundo semestre me lo pasé repitiendo materias. Luego estudié tres años publicidad y entendí que tampoco era mi mundo. Una amiga estaba en Londres y me contó que allá se podía estudiar cine. Para mí fue un gran descubrimiento y decidí irme, pero me tomó un largo tiempo hacerlo", cuenta. El viaje a Inglaterra lo fue aplazando porque por esa época se aficionó al psicoanálisis, algo que le ha servido mucho en su vida, asegura. "Estuve como cinco años, yendo dos o tres veces a la semana. Me encontré, me ayudó a matar muchos fantasmas, a encontrar mis armas para enfrentar el mundo. A veces quería que mi psicoanalista me diera un consejo o una pastilla y nunca me formuló nada y rara vez me dio consejos, así que aprendí a encontrar soluciones por mí mismo".
En la London International Film School comprendió que el cine no era para él, que es sedentario y le gusta la soledad. Cuando regresó a Colombia se inscribió en el Taller Literario de la Biblioteca Pública de Medellín que dirigía Manuel Mejía Vallejo, un escritor al que admiraba. Finalmente, en Bogotá entra a estudiar Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. Allí conoció a Jaime Echeverri, profesor de taller de creatividad, al que cada semana le llevaba una historia. Echeverri le dijo un día después de clases que le gustaban sus cuentos, pero que había que pulirlos, y le ofreció ir a su casa para trabajarlos. "Eso fue hace más de quince años y aún seguimos reuniéndonos una vez a la semana cada vez que tengo un nuevo proyecto. Son encuentros de no más de tres horas en los que yo leo en voz alta y él va corrigiendo en el papel", explica.
En 1996 se decide a participar en concursos literarios: con su relato (Viaje gratis) resultó finalista del VII concurso de historias cortas Carlos Castro Saavedra y el mismo año ganó el premio Pedro Gómez Valderrama con su colección de cuentos Maldito amor.
Su primera novela, Mala noche, apareció al año siguiente, el mismo en el que se casó con su pareja, Natalia; la fama le llegó dos años más tarde con Rosario Tijeras (1999), que, además de ganar el premio Hammett, fue adaptada al cine con la dirección del mexicano Emilio Maillé1 y convertida en una exitosa serie de televisión de 60 episodios, estrenada en Colombia a principios de 2010 en Canal RCN.
Su siguiente novela, Paraíso Travel (2001) fue llevada también a la pantalla grande en 2008 por el colombiano Simón Brand.6 Melodrama (2006) fue adaptada al teatro.
El éxito de Franco se ha visto consolidado con su novela El mundo de afuera, que obtuvo Premio Alfaguara de Novela 2014.
Ha publicado cuentos y artículos en diversas revistas nacionales e internacionales y fue invitado por Gabriel García Márquez a dictar con él su taller «Cómo se cuenta un cuento» en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba.
Reside en Bogotá y su rutina, como contó en una entrevista de 2014, consiste en dedicar las mañanas a contestar correos y hacer algo de ejercicio; a las dos de la tarde llega al pequeño apartamento, pegado a los cerros de la ciudad, donde escribe; si todo sale bien y no hay ruido, trabaja hasta cinco horas; "las noches son para Valeria, su hija de ocho años" —adoptada con su esposa en la Casita de Nicolás—, "con la que todos los días se sienta a leer un cuento que ella escoge".
Fuente: Wikipedia